Pájaros de aire
La insipiente dependencia dilatoria
del metálico fracaso
empezaba a actuar blandamente, y no
era; aquello
más que una directa alusión adolescente
a la entrada del envejecimiento
de nuestra habitación
país. Eran los primeros tiempos.
Yo ya quería decirlo, allí, sin la posesión plena de esta lengua aun,
aquello zigzagueaba punto y codo
por las trincheras del comercio
asaltando intermitentemente
por el entretiempo muerto de las
primeras lecturas
claro se dejaba ver en las más serias densas y
profundas
mostrando sus pliegues más vergonzosos
pero liberadores.
Y así la pensión del habla culta
regía en la nimia cabeza
de los nóveles estudiantes
universitarios. Tan lejos a veces
de sus hogares y de sus cálidas
protecciones
paternales. Nos bajábamos entonces
del recodo aquel a la evasión más
aviesa del drogocarrete de cada fin de semana
atiborrados del primordial canto
ubicuo de aquellos pájaros de aire gris
pero transparentes como el aire más
claro de la simple felicidad
de su música lectora. Sin darnos
cuenta
de estar
antes de llegar a verdaderos adultos
sobrepasados de estación, en pleno
otoño de la conciencia ya.
Entonces ¿las desnudas aprehensiones
eran aquello… Solo esto
hoy?
Algo así como resplandores difusos en los oídos
incluso de aquello más odiado…
Bañados
por esta luminosa sonoridad barroca
emergimos, al fin y al cabo, ¡al canon clásico
defenestrando!
como una callada pero demencial
ocurrencia
de rebeldía anti-dictatorial. Solo que hoy,
muerta ya, hace tanto aquella
sangrienta interdicción,
como razonables adultos nos negamos a
arrojarnos y arder (aunque solo sea en un segundo)
como aquellos hijos de la dictadura
o Simples hijos adolescentes del
fracaso neoliberal.
* * *
Nosotros aquel y
su reflejo
Como si fueran de clorofila
Musgo repentino
En su mente
Prodigaron lentos crecimientos
Verdes microscopías
En tanto su suerte caligrafías óseas
De sus movimientos
Los músculos seguíanlo.
Esto perece
Me lo dijo sonriendo
Así
Verdemente cartografiados del
recuerdo
Sin culpa alguna. Cre-c-ímos mal
En la asepsia del pensamiento mítico
Aquel y su reflejo
Cotidiano del escalpelo sonriente…
Diseccionamos equivocadamente la
realidad
Dentro su propia realidad sin
considerar
nuestra propia historia. Volveremos
más tarde,
Entonces se dijeron. Aquellos
Nosotros
Aquel y su reflejo fundidos
Dentro
Nuestro mismo
Único espejo de la muerte.
* * *
Una negada verdad
* * *
Una negada verdad
La “pacificación” de la Araucanía continúa hasta hoy
Es hora de freír esta lonja
de injusticia
al sol. Me lo dijo así, tan solo con el dejo de sus
ojos loncos
de eterna tristeza . Así
hazlo, mira
qué entretenido es. Hasta que
llegue... Lo oscuro
de la noche a su propia piel
no es solo el terror… Al Blanco. Apagada la débil fogata. Trashumante
se pierde. En el halo
alquitranado
de sus propias pisadas…
Qué diría de sí. Su propia
historia alterna
desprendida del relato
hegemónico del blanco
poder. Que estos son solo
jirones. Que no,
no. Que no tiene flecos
a disposición turística como
la falsa vestimentaria típica
del indígena siux
Hollywoodense. Pero eran sus manos
las que hablaban, de esto y
otras cosas
verdades tan concretas como territorios
originarios
por reivindicar, que caían de
canto
del sueño
mapuche
a su despojado ser
a su suelo americano
directamente desde sus eternos
callados
labios de huemul amable. Los
dinteles…
ahhh, si estos hablaran, por
ejemplo: del neón errante
en el marginal trance de
habitar
las vísceras a la intemperie de
nuestras ciudades, en fin…
que a la hora de pergeñar un sucio pedazo de pan
en su improvisada idea de mesa
el migrante come lo que come
los desechos de la urbe
habitando
su intemperie solo
solo dentro de su escamoteada
idea de casa tan confortable
pero infausta ruca citadina tan solo
es
su oscura y honda perdida
huella
de robada americana realidad.
Pero ven, ven
Ven a freír esta lonja de su
expolio al sol.
* * *
Entre
rebanadas del éter congelado
Caímos
en donde se insinúa la estancia opaca
en
las antiguas caras
donde
se tornan los parpados pájaros
en
mudo canto
en
fantasmal sonoro invento de metal
cortando
su coro en una sola voz,
aire
del presente
amoldado
en matriz perdida,
el
latido profundo del pasado
en
nuestros perplejos disecados cuerpos.
Caímos
entre rebanadas del éter de esta mañana de temple gris,
caímos
entre las rodajas de nuestro tiempo ido,
seres de congelados movimientos;
caímos
en los huesos,
en
los esqueletos de los actos cotidianos
más
domésticos
de
nuestras propias vidas,
como
en un cuadro de Ensor
congelados
en materia pictórica
endurecida
por más de cien años
no
sabemos a qué atenernos
en
nuestro menudo carnaval
siendo
los verdaderos descarnados
pintados
protagonistas de esta escena
como
si recién advertidos por ésta. Caímos.
* * *
La silla de madera
evanescente
espera
—con
su cálida materia de líneas simples y planas—
a-sentar
el ánimo
en
las ganas de comer, luego
es
apenas un mohín, un milimétrico giro
iconoclasta
a la hora del desayuno.
Porque
esta fe es
un juego
pone
todas sus fichas
en
la consagración de su carne Desmintiéndose
así
misma
con sus estatutarios pájaros primaverales
improvisando su próxima predecible metáfora, muere
en
la dureza de su asiento
mientras
el gato,
residuo
de las sombras más densas de sus ignoradas señales
de
ruta
ronronea
modulaciones
incomprensibles
para
el de pobre entendimiento estético.
Mientras,
espera que te levantes y te vayas
Para
adueñarse de ella, Y del calor que dejas en ella.
* * *
EL
PELIGRO FATAL DEL TIEMPO
LAS RAYAS DE LA CEBRA
EN SÍ MISMAS NO FUERON
LAS MARCAS
QUE AGRESTES E INMISERICORDES
SE LINEARON
PELIGROSAMENTE
EN EL JÓVEN CUERPO
FRÁGIL —Y POR ESTO ESCURRIDIZO—
DEL ANTÍLOPE.
FUE SINO EN SU FAZ RESENTIMIENTO
DEL FUTURO
¿EL INEVITABLE ENVEJECIMIENTO DE LA DIVA?
¿POR ESTO SU SUICIDIO?
* * *
Antílope
Es complicado suponerle malas intenciones
para consigo misma. Pero se es por lo que se hace. Entonces, cómo ha sido que
llega hasta cierto punto de una intensa e insoportable degradación emocional.
Qué inventaría ella entonces para seguir así con vida.
¿La vida, cuando es más difícil de reinventar, se la puede seguir VIVIENDO así?
Si los ZAPATOS… Para ella. ¿Eran lo más importante? ¿Cómo hubiese sido entonces
su salvación como obrera en la fábrica de chocolates? Claramente se ve: buscaba
un protagonismo de estrella… de cine al menos, no cabe duda. Aunque fuese un
protagonismo de tono especial y casi tan tonto, o muy tonto. Como lo es hoy el
éxito de la señorita gomero en su acotado y pobre tonto universo de la tv. En
definitiva algo buscaba. Acaso ¿solo matar a la mujer común que en ella
habitaba de manera tan disconforme?
¿Qué pudo haber sido luego lo más complejo de pensar, para
ella, siempre entre lobos, ante el evidente desgarro. Primero de sus ropas.
Luego de sus carnes. Por último de su mismo cerebro. Lo más seguro tratar de no
mancharse. Lo ideal: Por el momento. Así, ¿por el momento, habría siempre de
decirse perpleja. Ante sí? Seguro que sí. Así. Por el momento.
Un momento de triunfo, pero entre los dientes
de sus creadores, de sus promotores, de sus… admiradores, de sus acreedores. Un
momento que se habrá estirado hasta más
no poder dependiente de su efímera juventud, desgarrándola. Hasta la muerte al
no poder impedir su insoslayable caducidad.. Pobre chica. Pobre chica linda.
* * *
Popular (aroma
de mujer)
No
es sorpresa
El
comando
a
la mujer
apura
a
la candidata,
mientras
simultáneamente
ficha
la dueña de casa,
del
hogar
el
pilar fundamental
es
lo que sostiene ella
—y
a ella misma—,
la
abanderada,
hoy
la primera
dama.
Un sarcasmo
feroz
en
un país tan
tan
de machos
como
este. Como tú
Tan.
Sin cambiar
nada
o casi nada,
Como
si la gran cosa.
* * *
MORIR
JÓVEN
EL POSIBLE POR QUÉ
DE LA DECISIÓN
DEL QUERER
MORIR ANTES,
AÚN JÓVEN
SE HALLA
QUIZÁ EN LA OBSESIVA
APROPIACIÓN
DEL EMBARAZO
DE LA ILUSIÓN
DE LA PERENNE SOMBRA
DE LA FAMA
SIN
POSIBILIDAD DE DAR A LUZ
FUERA DEL ENCEGUECEDOR
FOCO DE ELLA
LA INEVITABLE TRANSITORIAEDAD DE LA CARNE
LO + REAL DE LA PROPIA
IMAGEN
* * *
Birds' Hell
(a propósito de un cuadro de Max Beckmann)
Tensa el paisaje el trazo
Los colores de su voz
En acordes fuertes. Ahh, y
La emplumada pintura de los cuerpos
Rendida
la madre moribunda de su época
se hallaba entonces.
Vencida
al infierno de la sangre
Cuando la Gran Guerra
Paternas paternalis
Cuando apenas si había
Terminado. Veinte años
después, el acabo de su mundo
EN SUS PLUMAS
FUE ESTO. ¿Tan solo en una tela
consignado? El espasmo
de aquel tiempo quebrado, reventado,
hecho añicos
su tono ultramar silva ahora la
desértica calma
tras el mudo canto genocida de la muerte
dentro
el signo de las balas bombas y gases
preso
de su color para siempre
en sus pupilas
pájaros
del infierno.